15.3.08

Se te mete la laguna del iberá en la cabeza

Extraña la noche que envuelve sedienta los cuerpos, carrocerías inermes descansan vagando las calles opacas de mínima luz amarillenta. Resueltas amargas las telarañas del tiempo avanzan con paso implacable sobre los vértices de la estructura ortogonal. Desolado paisaje de urbe con frío invernal desaparece las vestimentas reduce la piel a ineficaz divisoria de mundos. Virus suena cercano latoso platense, nostalgia de tiempos lejanos evoca los efervescentes recorridos de la sangre inquieta, espesa las venas del cuerpo que intento habitar. ¿Sucedió? ¿Nací en algún lugar en qué tiempos y parto normal? ¿Empuñé armas de fuego sí mi sargento? ¿Leí aquellos libros ausentes amigos? ¿Amé suficiente rendí homenajes mostré mis miserias? Extraño el presente oasis sereno de todo desierto invisible.

22 de julio de 2003

Gracias a Chuni Bonelli por el título.

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