A vos las cosas te duran lo que manteca en hocico de perro, dijo Manucho, y su sonrisa desdentada le iluminó el rostro ajado por años de sol en las rutas litoraleñas. Parece que es así nomás, que todo dura nada, pero cómo cuesta acostumbrarse. Y verlo, y verlo otra vez, y otra. Y aprender a ir siendo de a poquito esa nada que dura todo. Resoplando inquieto, inseguro en la tenue línea que construye a pesar mío ese perfil inevitable, recojo las migajas del camino y espero encontrar alguna vez aquel sendero que supe de rulos rubios y ojos torcidos transitar alegremente.
03 de febrero de 2004
Gracias a Tomy Middleton por el título.
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