15.3.08

El guaraní ahuecaba el timbó y se largaba

Traza muda inconfundible, la huella imprecisa recortada confusamente en un magma hirviente y caudaloso sueña desiertos viscerales, oculta tristezas incoherentes bajo sombras de fría superficie. Cuánto espasmo soportable abarcamos estoicos en lugar de vomitar deliberadamente el ácido rencor efervescente que insiste en aferrarse a las paredes internas de toda cañería hábilmente desatendida. Como un descorazonado golem eternamente niño de rostro sin facciones, profundamente liso, inquietante y conocido, busco el doble fulgor ajeno y luminoso que recorre la galaxia temporal de la belleza humana tocada por la gracia innombrable y vasta del vacío, misterio singular y poderoso.

03 de agosto de 2004

Gracias a José Maciel por el título.

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