Hablo del origen, de la sangre, de la tierra, de la esencia. Aunque no sepa bien qué son todas esas cosas, ni siquiera sé si existen, fuera o dentro de mí. Lo que sí sé es que afuera hay calles, alcantarillas, lluvia, títeres, música, muertos, brotes, agua salada hay; sé que hay gusanos afuera y mujeres y familia y atardeceres y también misterio, sonrisas, colectivos, nieve, billetes, óleos, pianos, bibliotecas, distancias, laberintos, mandarinas, ropa vieja y nueva, todo esto y muchas cosas más sé que hay ahí afuera. Adentro sé que tengo órganos, con tilde órganos, aunque ni siquiera sé que tipo de acentuación corresponde a esta palabra. A veces puedo sentir que dentro mío hay sustancias, sangre, mocos, saliva, esperma que a veces sale afuera o pasa a otro adentro, no me las contaron, las siento circular a veces silenciosas, ir y venir, inconfundibles; sé que adentro tengo entre otras muchas cosas hígado, bíceps, deltoides, tendones, coxis, falanges, vértebras, amígdalas, sístole y diástole tengo, bilis, omóplatos, plaquetas, hematocritos, células, colesterol, neuronas, recuerdos, deseos, pensamientos, tristezas, enojos, inconsciente, dudas tengo pero acá ya se complica porque no lo tengo tan claro. A veces me ocurre pensar que sólo les he creído ingenuamente a quienes con cierta autoridad me han dicho esto es así, que esas particularidades invisibles también son yo, que ahí están, que mueren y nacen todo el tiempo, incansables, legiones de pequeñeces incomprensibles que están adentro mío y entonces miro y toco la piel que me limita, que me da forma, me contornea y el misterio de afuera parece que es el mismo que hay adentro. Dicen también que afuera hay flotando y formando parte de otros seres vivos o muertos (¿?) bastantes cantidades de partículas de hierro, de hidrógeno, de calcio, de potasio, de cobre, de sodio, de fósforo y azufre y entonces los médicos y los homeópatas aunque de distinto modo dicen que adentro de uno también hay de estas pequeñas vidas invisibles y los astrónomos aseguran que más allá de los límites de la humanidad (o sea afuera de ella), que vendría a ser como la piel de la Tierra, también hay flotando de esas mismas singularidades entre los planetas y las lunas y los anillos y los asteroides y aún entre los soles y las galaxias que dicen que existen aún más afuera todavía.
20 de julio de 2004
Gracias a Polaco Oliver por el título.
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