fijo empecinadamente solo un punto lejano y el momento
aparece entonces como una niebla que lo cubre todo
límite difuso momentáneo que se corre y llueve luego suave
brisa desdentada que descorre el velo y deja ver
brillo insomne adolescente cueva enorme oculta tras la sombra
eterna de la ausencia de una presencia a la vez distante y cercana
desmalezar entraña búsquedas perdiendo aquellas crueles
ilusiones como viejos epitafios recurrentes
siguen misteriosamente vivas las maneras sutiles del encuentro
siempre nuestro y el hilván permanece humano pese (gracias) a todo
02 de noviembre de 2004
Gracias a Marcelo Zampedri por el título.
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